¿Qué es la ganadería intesiva?

Mediante la ganadería intensiva, los animales se alojan en condiciones que maximizan la productividad en el menor tiempo posible. La carne y los productos lácteos, por ejemplo, se obtienen de esta manera.

El objetivo de reducir costes es lo que distingue a este tipo de producción animal. La actividad resulta así más rentable.

Sin embargo, hay muchos que rebaten la idea de que la ganadería intensiva comprometa el cuidado de los animales para aumentar el beneficio económico. Además, utiliza más agua y energía por unidad generada. Esto contrasta con la cría extensiva de ganado.

De acuerdo con  el laboratorio Copisa, estas son algunas ventajas de la ganadería intensiva:

  • En comparación con la ganadería intensiva, es más eficiente, ya que produce más con la misma cantidad de insumos.
  • Es adaptable, lo que significa que puede cambiar de rumbo en respuesta a los cambios en la demanda de los consumidores. Así, es factible mejorar el suministro de alimentos.
  • Los precios de los productos son más competitivos que los derivados de la ganadería extensiva.
  • La uniformidad del producto contribuye a hacerlo más atractivo para los consumidores.

Ejemplo

Las granjas avícolas, donde los animales son tratados frecuentemente con hormonas para favorecer su crecimiento, son un ejemplo de producción ganadera intensiva. Además, suelen utilizar iluminación artificial sin parar. Como consecuencia, los animales comen más de lo habitual y permanecen despiertos más tiempo.

Sin embargo, hay que mencionar que existen casos de ganadería semi-intensiva. En estas situaciones, la innovación lleva a implantar instalaciones como bebederos, corrales y otras cosas. El objetivo es reducir la cantidad de hectáreas necesarias para criar al animal en un sistema ganadero a gran escala. Además, el animal recibe piensos complementarios al pastoreo para mejorar su estado nutricional. Las ovejas de algunas naciones latinoamericanas emplean este tipo de técnica.

Importancia de la ganadería

Tanto la ganadería como la agricultura han tenido un importante impacto histórico en la humanidad. De hecho, permitió a nuestros antepasados disponer de proteínas para alimentarse cuando las necesitaban. Con el paso del tiempo, este campo ha cambiado como consecuencia de la aparición de especies más adecuadas para diversos fines y situaciones. De hecho, dado que hay una población creciente y una demanda definida de alimentos, es posible argumentar que existe una tendencia a tecnificar incluso esta actividad económica que antes se creía que tenía poco valor añadido.

La humanidad tuvo que viajar constantemente para encontrar alimento en el principio de los tiempos. Debido a esta circunstancia, recorrió varios continentes en una búsqueda continua de un medio de subsistencia. De hecho, los caminos futuros de estos primeros hombres estaban determinados en gran medida por las estaciones o las propias migraciones animales. Pero cuando nos adentramos en lo que se denomina la última etapa de la Edad de Piedra, el Neolítico, la agricultura y la ganadería fueron desarrolladas por el hombre como medios para procurarse el sustento en sus propias circunstancias.

Este acontecimiento significó una transición en la historia de la humanidad, de pequeñas comunidades nómadas a sociedades estacionarias más grandes y complejas: un antes y un después. Esto hizo innecesario que todo el mundo dedicara su tiempo a buscar comida; unos pocos elegidos podían proporcionar alimentos a todo el mundo, mientras que el resto de la población podía centrarse en otras tareas igualmente importantes. Así, un inmenso aumento de la productividad -en el que la agricultura desempeñó un papel crucial- condujo al desarrollo y la complejidad de la civilización.

La carne de las explotaciones ganaderas no es la única fuente de alimento. Además, se encarga de proporcionar leche, lana y trabajo a los animales. Ha evolucionado en muchos animales diferentes, siendo los más significativos las cabras, los cerdos, las ovejas y las vacas. Como se ha indicado anteriormente, solía ser más complicada, pero con el paso del tiempo se utilizaron diversos métodos y habilidades que ayudaron significativamente en el proceso de revalorización de la actividad. Por ejemplo, el desarrollo de la biotecnología presenta hoy un futuro brillante que puede ser capaz de resolver numerosos problemas relacionados con la alimentación animal.

¿Qué es la agricultura de conservación?

El método de cultivo conocido como "agricultura de conservación" puede restaurar las tierras degradadas y detener la pérdida de tierras cultivables, ya que promueve la preservación de la cubierta permanente del suelo, la labranza reducida y la variedad de especies vegetales. Además, mejora la biodiversidad y los procesos biológicos que ocurren de forma natural por encima y por debajo de la superficie del suelo, lo que conduce a un uso más eficaz de los nutrientes y el agua, así como a una producción de cultivos mejorada y sostenible.

Con métodos adaptados a las condiciones locales, los principios de la agricultura de conservación son aplicables en general a todos los paisajes agrícolas y usos de la tierra. Los insumos externos, como los productos agroquímicos y los nutrientes vegetales de origen mineral u orgánico, se suministran en las proporciones ideales y de forma que no perturben ni interfieran en los procesos biológicos. Las intervenciones en el suelo, como la alteración mecánica del mismo, se reducen al mínimo o se evitan.

Tanto en la producción de secano como en la de regadío, la agricultura apoya las prácticas agronómicas adecuadas, como la ejecución puntual de las actividades, y mejora el cultivo general de la tierra. Este tipo de agricultura sirve de base para la intensificación de la producción agrícola sostenible cuando se combina con otras buenas prácticas bien conocidas, como el uso de semillas de alta calidad y la gestión integrada de plagas, nutrientes, malas hierbas y agua, entre otras cosas. Es importante mencionar que ofrece mayores oportunidades para la integración del sector de la producción, incluida la incorporación de árboles y pastos a los paisajes agrícolas, así como la integración de la ganadería y la agricultura.

Esta se basa en tres principios fundamentales que se adaptan con el objetivo de reflejar las condiciones y necesidades locales:
  • Alterar mecánicamente el suelo lo menos posible:

El no laboreo y la siembra directa son ejemplos de alteración mecánica mínima del suelo. La superficie perturbada debe ser inferior al 25% de la superficie cultivada o a 15 cm de anchura (la que sea menor). No se permite ninguna labranza recurrente que perturbe una superficie mayor que las mencionadas anteriormente. Si la superficie perturbada está por debajo de los límites definidos, se permite el laboreo en franjas.

  • Una cobertura orgánica continua del suelo

Inmediatamente después de la siembra directa, se midió la cobertura del suelo y se dividió en tres categorías: 30-60%, 60-90% y >90%.

  • Diversificación de especies

Se deben incluir tres especies de cultivos diferentes en la rotación/asociación.

Producción de cultivos

Preparación del terreno

Proporcionar a las plantas el mejor suelo posible es la primera medida que debe tomarse para garantizar que un cultivo pueda proporcionar el mejor rendimiento. El objetivo es crear un lecho con los nutrientes y factores ambientales adecuados para favorecer la germinación de las semillas y el establecimiento del cultivo para su posterior desarrollo. En el pasado, esto se ha logrado mediante métodos combativos como la quema de rastrojos y el volteo. Estos requieren esfuerzo, especialmente en entornos con bajos niveles de mecanización, lo que los hace insostenibles a largo plazo y una carga para los pequeños agricultores que deben preparar el suelo manualmente con herramientas sencillas.

Existen organizaciones que fomentan técnicas alternativas para el desmonte de tierras que tienen como objetivo reducir la necesidad de mano de obra y el tedio del trabajo, al tiempo que mejoran la sostenibilidad del desmonte. Conceptos como el laboreo reducido y el uso de técnicas y equipos adecuados pueden ayudar a alcanzar este objetivo sin perder de vista la sostenibilidad.

Mediante el uso de mejores azadas, la siembra en hileras, el uso de subsoladores, gradas y sembradoras de tracción animal, el proceso de preparación de la tierra y deshierbe puede hacerse más ligero y menos intensivo en mano de obra. Si la infraestructura y las capacidades del agricultor son apropiadas para el contexto en el que las condiciones socioeconómicas lo permiten, se pueden utilizar tractores de un solo eje con equipos modificados. Si se emplean en un contexto de labranza mínima o reducida, como en el caso de las terrazas o la agricultura de conservación, los humidificadores y los pulverizadores pueden desempeñar otras funciones relacionadas con el mantenimiento de la cubierta del suelo, al tiempo que reducen sustancialmente la tarea de escarda.

Operaciones de cultivo

La siembra de semillas y el deshierbe son dos de las muchas actividades que afectan al rendimiento de un cultivo. El desarrollo de las plantas depende de que se utilicen las dosis de siembra y los marcos de plantación óptimos. Esto está relacionado con el sistema de cultivo y el estado del suelo. Existe una amplia gama de herramientas y equipos que pueden mejorar las operaciones de siembra ajustándose al mismo tiempo al contexto económico, social y medioambiental del agricultor, desde la siembra al voleo hasta la siembra neumática de precisión.

Como parte de la filosofía de la agricultura de conservación, la combinación de laboreo reducido y no laboreo ayuda a mantener la calidad del suelo y la germinación de las semillas. Existe una gran variedad de sembradoras que pueden funcionar con estas configuraciones de laboreo reducido, entre las que se incluyen sembradoras manuales de tracción animal, sembradoras de tractor de un solo eje personalizadas para cultivos específicos y sembradoras de tractor de dos ejes con diversos estilos y niveles de sofisticación. La siembra directa ofrece a los pequeños agricultores la oportunidad de obtener mayores rendimientos y nuevas aplicaciones para la mano de obra que les queda, además de beneficios inmediatos como la reducción del trabajo y la puntualidad.

Escarda

Utilizando métodos tradicionales como la azada manual, la escarda puede llevar 140 horas por persona y hectárea (disminuyendo a 65 horas por hectárea a la tercera escarda). Las malas hierbas se eliminan en momentos clave para impedir que crezcan y perjudiquen al cultivo. Para evitar que las semillas del cultivo anterior permanezcan, debe realizar una escarda tardía. Tanto la calidad de vida del agricultor como la eficacia de su trabajo pueden mejorarse utilizando las herramientas y el equipo adecuados para completar la tarea más rápidamente y con menos mano de obra. Existen métodos mecánicos o químicos de gestión de las malas hierbas. El objetivo de la opción mecánica es eliminar completamente la planta, mientras que el objetivo de la opción química es matar la planta utilizando un agente químico con acción selectiva, que suele aplicarse mediante pulverización.